“Marianito” será homenajeado el próximo 24 de Junio en Güímar

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El próximo sábado, 24 de junio, a las 18:00 horas, tendrá lugar en Terrero Insular de Lucha de Güímar, un homenaje a Mariano Díaz Hernández, “Marianito”, entre los combinados de Chimisay y Benchomo.

Las entradas podrán ser adquiridas en Bar Ventura (Fátima – Güïmar), Bodegón Castro (El Escobonal), Bar Casa Arbelo (Santa Cruz) y en la propia taquilla el día del homenaje al módico precio de 5€.

Mariano Miguel Díaz Hernández, conocido en el mundo de la lucha canaria como Marianito, nació el 18 de octubre de 1943 en el Lomo de Mena, una pequeña localidad de la comarca de Agache, en Güímar. Hijo de Juan Bautista y Belisaria, es el mayor de tres hermanos. Lucha ya desde niño con sus compañeros, por pura inercia de la cultura que lo rodeaba. Con 16 años fichó por El Benchomo (El Escobonal) por destacar entre sus amigos, y solo un año después se convirtió en máximo tumbador del club. Poco después se disolvió temporalmente el Benchomo, y luchó una temporada en el Tinerfe de Barranco Hondo, Candelaria.

La necesidad le obliga a emigrar, primero a Francia, entre sus 20 y sus 23 años, y más tarde al Sáhara, en dos etapas, entre los 25 y los 28. En este último lugar llegó a haber hasta 5 clubes de lucha, por la gran cantidad de canarios que allí se encontraban. Al poco de arribar, Mariano destaca en su equipo, el Unión Temporal. En su segundo año incluso colabora en el fichaje y formación de luchadores. “Cuando no había suficientes luchadores, convencía a otros canarios para que luchasen, los preparaba, y con eso ganamos la liga, que no se lo esperaba nadie”. Mariano fue el máximo tumbador del torneo en aquella ocasión.

A su regreso de la experiencia africana fichó nuevamente por el Benchomo, que por entonces se refundaba, luchando exitosamente en este club algunos años. A los 30 ficha por el C.L. Añaterve, de Güímar, como mandador y luchador. En Marianito destaca su faceta como formador de luchadores y creador de afición. “En tres meses se quedaban tirando a gente luchadores que nunca se habían puesto la ropa”. Por eso, cuando poco después se formó el C.L. Agache, Mariano fue fichado como mandador.

Desde los 17 años, y en varias ocasiones, fue requerido para participar en eventos importantes. Cada vez que se organizaba una luchada especial, como los combinados Norte y Sur de la isla, la selección de Tenerife o la luchada de San Pedro, lo llamaban, en palabras suyas, “principalmente por mi forma de luchar”, referido, sin duda, a su extraordinaria habilidad, su prodigiosa cintura y su sentido del equilibrio. En definitiva, por dar espectáculo. Mariano fue un luchador de baja estatura y complexión atlética, que basaba su éxito en la técnica y no en la corpulencia. Con él se dio muchísimas veces el caso que reza el estribillo: “el grande perdió, el chico ganó”.


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