Aarón Gómez, de profesión: humorista

Aarón antes de nada te quiero dar las gracias por hacerme reír, estoy enganchado a ti…platónicamente. Todos tenemos una primera vez ¿Cómo fue la tuya sobre un escenario?
Lo digo de corazón, que es un auténtico honor y una gran sorpresa que alguien pudiera sentirse agradecido porque mis tonterías consigan hacerle cambiar de cualquier manera su estado de ánimo. Ya que nombras a Platón: “La mejor riqueza es contentarse viviendo con poco”, siendo yo ese “poco” en la ecuación.
En cuanto a la pregunta, recuerdo muchas primeras veces, todas distintas. Si tengo que ser sincero, la primera vez que sentí que era la primera vez, fue en el colegio, sobre la palestra en clase de Literatura. El profesor había hecho unas jornadas de teatro, la mayor parte de la gente cogió algún texto clásico y lo interpretó como pudo. Yo junté a unos cuantos compañeros y monté una obra alocada, de comedia surrealista, y descubrí que me sentía como pez en el agua haciendo todo lo posible por hacer reír a la clase. El profesor creó un aula de teatro a partir de aquel día y yo ya solo quería repetir aquella sensación una y otra vez.

Si tuvieras un hijo y te dijera la típica frase “papá quiero ser humorista” ¿Lo animas o le metes un cate?
Creo que yo nunca pronuncié esa frase, quise ser muchas cosas hasta que entendí que era muchas otras, la mayoría de las veces es traumático porque uno sueña con ir al espacio y tiene que conformarse con su propia mediocridad. Ojalá mi hijo sepa lo que quiere hacer, pero por ahora, menos mal que mi hijo no existe.

¿Cuál es tu método de creación de un monólogo? ¿Ensayas delante del espejo? ¿Pides consejos a familiares y amigos o simplemente te tiras a la piscina y vas modificándolo según pasan las actuaciones?
Me tiro a la piscina en la mayoría de las veces. Estos últimos años he sentido una mayor responsabilidad. Teatros más grandes, entradas más caras, expectativas…y he intentado hacer un poco lo que he leído que hay que hacer. Darle vueltas a los chistes, probarlos frente a gente con criterio. En la mayoría de esos casos, ha sido con un resultado nefasto. Intento entender que mi único valor encima de un escenario es la frescura de mi felicidad, y eso es agobiante, porque o surge, o me hundo con el barco. No soy un buen escritor de comedia, y seguramente tampoco un buen ejecutor de la misma. Soy solo un niño que juguetea con la realidad y, de vez en cuando, llega a provocar la risa.

Eres un apasionado defensor de nuestro lenguaje canario ¿Ser canario te ha perjudicado para que te salgan más bolos en la península o allí también hay quinquis y madres como las canarias?
Las madres son un ente que se repite en todos los rincones del planeta, lo único que cambia es el acento mientras te persiguen para que acabes la tarea.
No, no he notado ninguna dificultad por mi procedencia para trabajar, al contrario, creo que los canarios somos muy queridos en todas partes. Internet nos ha abierto mucho al mundo y nos ha puesto de moda, siento que hay una realidad palpable en la comedia hecha en Canarias que se ha asentado con fuerza en el mercado nacional.

Hablando de la península hace poco rodaste una película con Julián López, Ernesto Sevilla, Dafne Fernández ¿Cómo fue la experiencia sin hacer spoiler?
Maravillosa. Siempre agradecido al director, Fernando García Ruíz por luchar por mí y por otros actores poco conocidos y darnos la oportunidad de estar ahí. Además, me regaló una secuencia muy divertida en la que pude desdoblarme en varios personajes. Lo hubiera hecho pagando.

Lo están petando con Sota, Caballo y Rey. No sé cómo estarán de audiencia en Televisión Canaria pero en Youtube he visto hasta 23.500 visualizaciones de un solo programa ¿Cómo nació la idea? ¿Cómo es trabajar con Kike y con Darío?
Sota, Caballo y Rey es de mis mayores alegrías. Las audiencias son variables, a veces muy buenas, otras muy malas. No se si es la hora de emisión o que el programa es lo que es, pero es cierto que la sensación en la calle es que gusta, y mucho. Todo el mundo me para para hablarme de lo bien que lo pasan viendo y creo que se destila lo bien que lo pasamos haciéndolo. Somos tres amigos charlando, simple y llanamente, y creo que eso llega. La idea nació en el confinamiento. A mi me pilló en Madrid mientras presentaba un programa para Vodafone: “Esto no es una serie”, durante el confinamiento el programa se canceló y me quedé allí, confinado y con tiempo libre. Propuse a la Televisión Canaria un late night del que ya tenía un piloto grabado, les encantó pero me propusieron empezar con algo más sencillo y asequible, y de ahí surgió Sota, Caballo y Rey.
Trabajar con Kike y Dario es, básicamente, no trabajar. No solo son excelentes personas y cómicos, sino que tienen un talento para raspar la superficie de las cosas y sacar el oro que esconden de la que aprendo en cada programa.

¿Hay nueva temporada?
Todo apunta a que no, pero no perdemos la esperanza.

Sota, caballo y rey les ha abierto un campo a los tres que antes no se veían antes, la publicidad. Y sobre todo porque están haciendo publicidad siendo ustedes mismos y haciendo humor ¿Cómo te presentan un proyecto de este tipo?
Bueno, yo soy publicista de carrera. La publicidad es algo en lo que siempre he andado metido, para mi es un campo que me permite explorar otro tipo de dialéctica y de ideas, la visibilidad que tengo me ha permitido obtener la confianza de muchas marcas para proponer mensajes publicitarios que se salgan de lo común. Dorada fue de las primeras que apostó por esto y siempre les estaré agradecido.

Somos los dos más o menos de la misma quinta “6 años arriba o abajo”, pero tengo que reconocer que has sabido aprovechar mucho mejor que yo las redes sociales, una asignatura que tengo pendiente con El Pregonero. Las redes como escaparate están muy bien pero ¿Te has sentido en algún momento agobiado por la necesidad de subir todos los días contenido y has dicho necesito un descanso?
Sin duda. Como cualquier herramienta, sirven para fijar un clavo o para darte en todo el dedo gordo. De hecho, estos últimos dos años he aflojado bastante porque sentía que estaba echando carbón al motor de un tren olvidando a los pasajeros y, sobre todo, el destino del viaje. Ahora intento crear cuando tengo algo que decir, y es complicado aceptar que, la mayoría de las veces, no hay nada útil que decir.

Tema hater en las redes ¿Cómo lo llevas?
Sigo sin entender la necesidad de cualquier persona a darle una bofetada a alguien mientras pasea por la calle. Intento mirarme hacia dentro y entender que tengo que aprender yo a digerir esas cosas porque está complicado que eso cambie, pero me afecta. Tengo pocos la verdad, pero ahí están, enfadados porque a sus ojos no mereces tener ningún tipo de éxito. Como dice un amigo, los niños solo tiran piedras a las farolas que están encendidas.

Hace mas de 13 años que entrevistamos a Pepe Benavente en el Parque García Sanabria. De una entrevista de 40 minutos nuestra compañera se paso 2 horas de la cantidad de interrupciones de la gente para sacarse fotos con él ¿Tú todavía puedes tomarte un cortado en La Laguna sin que se te acerquen a saludar?
Fotos me piden, bastantes, pero sobre todo hay un saludo generalizado. La gente me saluda con una sonrisa, me dicen gracias, no te imaginas lo bonito que es. Salir a la calle es como estar en un enorme salón lleno de familiares y amigos. No sé si podría desacostumbrarme al cariño de la gente.

Te voy a confesar que no he tenido la suerte de verte en directo ¿Tienes actuaciones cerradas para los próximos meses, si lo permite la pandemia?
Ahora estoy con un proyectito muy personal, una obra de teatro llamada “El Mecanismo” donde investigo en clave de comedia y con mucha levedad, los mecanismos que hacen que frenara mi cabeza en los últimos tiempos. Estoy rodeado de Abián Díaz, Abraham Gómez y Manu Baro en el escenario. Tenemos un doblete el 5 de Febrero en el Teatro Guiniguada y otro el 12 de Marzo en el Teatro La Granja. Esperemos que las fases nos lo permitan porque están siendo épocas muy complicadas para todos, la cultura incluida.

Aarón, sólo te puedo agradecer por concedernos esta entrevista, por entretenernos tantísimo y por demostrar que se puede triunfar en tu tierra haciendo algo tan difícil como el humor. Quiero que sepas que El Pregonero es tu casa. Si quieres añadir algo más, este es tu momento
Gracias a ustedes, siempre me sorprenderá que a alguien le interese lo que yo pueda decir, así que gracias por pregonar mis palabras y contagiar el buen rollo, que es la única pandemia que necesitamos.