Consejos para pasar la ITV de nuestro vehículo
En principio tendríamos que cambiar el concepto que tenemos de la ITV, valorando que es una herramienta útil y necesaria para evaluar el estado de nuestro vehículo. Es también imprescindible terminar con el bulo de “la ITV me rompió tal pieza del coche”, ya que si algo falla en ese momento de la inspección es que ya no daba para más, porque las pruebas que se realizan en las estaciones están por debajo de la exigencia que le pedimos al vehículo en carretera.
Debemos ir con la mentalidad de que nos revisen bien nuestro coche y no en que nos pasen aspectos por alto, ya que está en juego nuestra seguridad. Además, pagamos por un servicio y debemos pedir que nos lo den lo mejor posible.
El usuario antes de llevar su vehículo a la ITV, debe revisar el estado de las ruedas (su medida debe coincidir con la que aparece como homologada en la ficha técnica, su banda de rodadura debe tener una profundidad de más de 1,6 mm y no presentar cortes o deformaciones), comprobar el nivel del aceite y el alumbrado. Para cualquier otra cuestión, es preferible que su taller de confianza le eche un vistazo para más seguridad.
Por último comentar algo en lo que estoy en desacuerdo en cuanto a la inspección obligatoria del vehículo: creo que la revisión no debería realizarse por la edad del mismo sino por el kilometraje. Hay personas que hacen 30.000 kilómetros al año y otras que hacen 300 (hay clásicos que prácticamente no mueven el coche durante el año, o usuarios que por diferentes cuestiones hacen trayectos cortos que no significan desgaste para las piezas del vehículo) por lo que no tiene sentido obligarles a pasar las mismas revisiones. Personalmente establecería las revisiones cada 30 o 40 mil kilómetros.
Miguel López González
JM Motor Sport
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